Ser periodista significa que puedes visitar lugares del planeta a los que nunca irías de otro modo –como la cima del edificio Burj Khalifa en Dubái– o conocer a gente a la que no tendrías acceso en circunstancias normales –como directores de Hollywood o estrellas de TikTok–. Una mañana de abril, mi trabajo me brindó otra de esas oportunidades. Dos, de hecho. ELLE me pidió que entrevistar al cantante puertorriqueño Rauw Alejandro (San Juan, Puerto Rico, 1993), uno de los nombres más calientes de la música en este momento, y a mi colega carioca Bruna Marquezine (Río de Janeiro, Brasil, 1995), una actriz brasileña que está en ascenso en el circuito internacional. Rauw, que lleva siete años sacudiendo el mundo con su reguetón, ha arrasado en los Grammy Latinos y optado a más de 200 premios. Bruna, famosa en Brasil desde niña, ha despegado en el extranjero después del estreno de Blue Beetle, una película estadounidense de superhéroes en la que participa junto a Susan Sarandon y Becky G. A esta lista de éxitos se les suma haberse convertido en embajadores de Carolina Herrera New York: él, para su perfume 212 VIP Black y ella, para el nuevo 212 VIP Rosé Elixir.
Rauw y Bruna Marquezine sobre sus logros, metas y ser embajadores 212 de CH
La cita fue en São Paulo, donde posaron para las fotos de este reportaje, platicaron conmigo y participaron en un evento de la marca de lujo. A pesar de mis recelos, no encontré a dos estrellas consentidas, sino a jóvenes con los pies en la tierra que podrían ser la pareja que acaba de mudarse al departamento de al lado. Empecemos por Rauw. El hombre sexy de las fotos, los clips y las publicaciones en las redes sociales resulta ser un tipo amable, dulce y educado. Un soñador cuya mayor alegría es haber conseguido mejorar la situación económica de su familia gracias al dinero que gana con su trabajo. El músico habló sin tapujos de su deseo de conquistar el mundo con sus canciones y de lo que realmente importa en su vida: el amor, un sentimiento que, según él, salpica cada uno de sus actos. “Todo lo que hago es con el corazón”, afirma. Bruna, por su parte, se emocionó (yo también, lo confieso) cuando le dije lo orgulloso que estaba de verla brillar fuera de Brasil, a pesar de que nunca habíamos intercambiado una sola palabra antes. Con lágrimas en los ojos, habló de las alegrías y los retos de crecer siendo famosa, de su sed de trabajar aún más duro y de sus sueños más allá de la esfera profesional.
Entre ellos, vivir una gran pasión, casarse, tener hijos y retirarse a una granja. En otras palabras, están los Rauw y Bruna que el mundo conoce a través de las pantallas y luego las versiones de carne y hueso que se esconden tras esas imágenes mediáticas.
Rauw, te hiciste famoso hace siete años. Bruna, empezaste en la televisión siendo una niña. ¿Qué piensan de sus vidas hoy? ¿Son como las imaginaban?
Rauw Alejandro: ¡Esto no podía haberlo imaginado nunca! Yo llevaba una vida sencilla, con aspiraciones y sueños, pero no tenía ni idea de que llegaría tan lejos.
Bruna Marquezine: Nunca he sido de las que se fijan objetivos con mucho detalle. No porque no sepa lo que quiero, sino porque eso deja margen para que la vida me sorprenda positivamente. Puedo decir que mi realidad actual es mucho mejor de lo que podría haber soñado.
Rauw: La verdad es que a mí tantos logros profesionales y personales me hacen sentir muy bendecido.
¿Qué se siente al ser reconocido en otros países?
Rauw: Romper la barrera del idioma es maravilloso, porque muestra el verdadero poder de la música: el de conectar culturas y países diferentes.
Bruna: Después de Blue Beetle, gente que no es brasileña se me ha acercado hablando en inglés, y confieso que continúo sin tomármelo con naturalidad. Sigo pensando que es una broma.
¿Qué sueños quedan por cumplir?
Bruna: Todavía quiero trabajar mucho, en Brasil y en el extranjero. Busco interpretar a un personaje tan diferente de mí que ni mi mamá me reconozca (risas).
Rauw: Me encantaría presentarme en el Superbowl. Y también en Japón. Quiero conquistar Asia y otros lugares del planeta donde no se hable español.
Bruna: A nivel personal, formar una familia, vivir una pasión desbordante y un amor sereno, tener hijos y una granja. Tengo fe en la fallida institución del matrimonio.
Rauw: Por mucho que haya conseguido, siempre busco más. También estoy trabajando en mi propio sello y produciendo a otros artistas. Es importante abrir puertas a quienes poseen talento y no tienen oportunidades.
Bruna: Cuando uno de nosotros (se refiere a la comunidad latina) conquista un espacio noble, siento que estamos todos ahí juntos de alguna forma.
¿Se conocían antes de ser embajadores de 212?
Rauw: Yo sabía de la trayectoria profesional de Bruna porque el director de Blue Beetle es un buen amigo mío, pero la conocí en persona con este trabajo.
Bruna: Igual que yo. Me encanta el reguetón, así que ya había escuchado sus canciones, obviamente.
¿Y cuál fue su primera impresión?
Rauw: Ella es preciosa. Su vibración y personalidad son increíbles. La pasamos muy bien trabajando juntos, y todo es mejor cuando nos divertimos. Ahora somos grandes amigos.
Bruna: Él es extremadamente amable y educado. El comentario general (en el estudio) fue lo atento y dulce que es. Cuando un hombre y una mujer famosos trabajan juntos, suele haber rumores de que entre ellos hay algo más que amistad...
Rauw: ¡Me sucede siempre! Si voy a tomar un café con una mujer, ya aparece en los medios de comunicación como mi novia.
¿Siempre has tenido mucho éxito con las mujeres?
Rauw: En la escuela las chicas me rechazaban. Al final de la secundaria, cuando estaba a punto de graduarme, eso empezó a cambiar... Aprendí a hablarles mejor. Y a partir de la universidad todo ha sido genial (risas).
¿Están preparados para los rumores que van a surgir sobre un romance entre ustedes?
Bruna: Ya lo han dicho. Cuando estábamos rodando en Nueva York salieron algunas fotos de paparazzi. Es molesto, pero ya no me afecta. Las fotos que hicimos para este artículo eran de una pareja, así que nos reímos con la fotógrafa porque en un momento le pidió a Rauw que me pusiera la mano en la cintura y parecía un anuncio de embarazo. Bromeé diciendo que este tema daría para otra portada.
Rauw: Al principio me sorprendió, pero ahora lo dejo pasar y sigo con mi vida como quiero. No tengo nada que ocultar y cuando llegue el momento de hablar de ser pareja con alguien, lo diré. La gente cree lo que quiere.
Bruna: Es el lado tremendamente aburrido de la fama.
¿Tiene algún lado bueno? ¿Qué opinas entonces de la fama?
Rauw: Tengo que decir que ¡la odio! Si tuviera ahora mismo un botón para hacerla desaparecer, lo apretaría. No me hice famoso hasta los 24 años, así que tuve la oportunidad de disfrutar de la vida mucho antes. Iba al cine, tenía novias, salía con mis amigos y hacía mis locuras, sin cámaras alrededor. Extraño mucho eso, pero me gusta el dinero. Y, por supuesto, solamente se consigue trabajando muy duro.
¿Te gusta trabajar?
Rauw: Soy un adicto al trabajo. Empecé a los 16 años en una empresa de jardinería. Luego trabajé de cajero, mesero, barman y en tiendas en Puerto Rico, Florida y Nueva Jersey. Hice un poco de todo, nunca paré. Cuando fui a la Universidad de Puerto Rico en Carolina, quería ser fisioterapeuta, porque me gustaban los deportes. Luego cambié a finanzas, pero no terminé. La música llamó a mi puerta. Estoy pensando en volver a los estudios algún día, aunque para inscribirme en arquitectura porque tengo buena imaginación. También jugué futbol. Acabé conociendo a muchos deportistas a los que admiro después de hacerme famoso.
¿Quiénes, por ejemplo?
Rauw: Cristiano Ronaldo, Messi y Mbappé.
¿Y has tenido la oportunidad de conocer a algún artista que admiraras especialmente?
Rauw: Productores, principalmente. Estoy grabando mi próximo disco con Pharrell Williams, de quien soy muy fan. También me encantó conocer a Madonna. Y tú, Bruna, ¿apretarías el botón para acabar con la fama?
Bruna: No se puede decir que sea del todo mala. Aunque tampoco es del todo buena. La mayoría de las veces, es terrible. Por supuesto, tengo muchos privilegios gracias a la visibilidad que me proporciona mi trabajo. Pero seguido desearía que fuera solo eso: un trabajo. Que tuviera el mismo reconocimiento que un médico o un profesor.
Rauw: Si eres bueno en algo, ya sea música, deporte o ciencia, siempre llamarás la atención. Pero una cosa es la admiración y otra la invasión de la intimidad. Si soportas la fama por dinero, imagino que este será también para los tuyos.
¿Compraron algo para sus familias cuando empezaron a triunfar?
Bruna: ¡Claro! Siempre lo he compartido todo con mis padres, hasta el punto de que jamás me he parado a pensar demasiado en lo que era mío y lo que era de ellos.
Rauw: Yo le di a mi familia una casa enorme. De todos mis logros, este es sin duda mi favorito. Saqué a mi mamá de su trabajo en recursos humanos y la traje como directora general de mi empresa, para que organizara mi vida. Es la mujer más inteligente que conozco.
Bruna: Mi mamá también se ocupó de mi carrera hasta que cumplí 18. Es un formato que ya no me sirve, pero seguimos muy unidas. Hoy en día, parte de esa fama está ligada a las redes sociales.
¿Qué pensarías si mañana, por arte de magia, el internet dejara de existir?
Rauw: ¡Sería divertido! Cuando tenía 14 años, jugaba en el bos que con mis amigos, sin Internet, sin celular. Conectabas con la naturaleza, con tu pandilla. Obviamente, la red nos ayuda también a conectar, a ver a la familia desde lejos, lo cual es buenísimo. Pero un día sin Internet sería muy bueno. La gente iría más despacio, disfrutaría de las cosas.
Bruna: ¡Un mundo totalmente analógico sería terrible! Ni siquiera me sé el teléfono de mi mamá. Estaría desesperada. Cuando pienso en la granja que deseo, tengo en mente construir un búnker, un refugio donde reunir a mi familia y a mis mejores amigos en caso de que ocurriera una tragedia. Ahora, si desaparecieran las redes sociales, lo celebraría.
Pero han ayudado a muchos artistas... ¿no crees que también han sido positivas para tu carrera?
Bruna: Me gusta pensar que estas plataformas pueden utilizarse para causas importantes. Las he usado, por ejemplo, para dar a conocer una ONG de la que soy embajadora, que se ocupa de los niños refugiados. Pero no me resulta natural enseñar mi rutina. Prefiero compartir mi vida con quienes están cerca, vi viéndola conmigo.
Rauw: La tecnología lo es todo, sin embargo puede utilizarse para bien o para mal. En mi caso, funcionó como un instrumento increíble para promocionar mis canciones antes de que me firmara un sello discográfico. Ahora trato de ser más discreto en las redes, mostrar mi arte y mi música. A veces resulta imposible evitar la exposición, pero sigo intentándolo. Así es más sano. Los artistas tienen que adaptarse al nuevo mundo y utilizar las herramientas que este brinda. Lo más importante en la vida es ser feliz con cosas sencillas. Yo lo era ya antes de la fama, la música y el dinero, y lo sigo siendo. “Ama a los demás y ámate a ti mismo”. Ese es mi lema.
¿Así que el amor es una parte fundamental de tu vida?
Rauw: Sí, ¡desde luego!
Un autor brasileño dijo una vez que sin pasión no se puede ni comer un helado, ¿estás de acuerdo?
Rauw: Yo sí, absolutamente. Cuando haces las cosas con amor, se refleja en el resultado. Si cocinas con cariño, se nota en la comida. La gente pregunta qué ingrediente diferente lleva, y es simplemente amor.
¿Tú también pones amor en tu música?
Rauw: ¡Claro! Todo lo que hago es con el corazón. Me encanta el arte desde que era niño, participé en teatro, música, danza, pintura... Creo que es una expresión de lo que sientes. Todos mis proyectos llevan amor dentro y los resultados han sido estupendos. Imagino que también hay mucho amor en esta nueva colabo ración con Carolina Herrera New York.
¿Qué significa para ustedes ser embajadores de sus fragancias 212?
Rauw: Es una oportunidad maravillosa, la música y la moda van muy bien juntas. Soy muy fan de la firma y de 212 . Me gusta la marca y la fragancia. Excepto a la hora de dormir, llevo perfume todo el tiempo. Lo retoco cada tres horas. Culturalmente, los hombres puertorriquenos somos muy limpios. A veces nos bañamos tres veces al día. Oler bien forma parte de nuestra cultura.
Bruna: Yo crecí viendo las emblemáticas campañas de 212 en la tele. Quizá la más memorable para mí fue la de Gisele Bündchen... ¡Pero no podía imaginarme ser embajadora de una publicidad mundial de este tamaño! Tengo una fascinación con Nueva York, así que filmar el anuncio y hacer las fotos allí lo hizo todo aún más especial. Me encanta esta mezcla femenina y sensual de 212 VIP Rosé Elixir, ese giro floral y especiado hace que la fragancia resulte supersofisticada.
Gisele Bündchen es una icónica chica 212 y Marlon Teixeira, uno de los modelos más guapos de Brasil, compartió spot con ella. Rauw, ¿tú te consideras un hombre atractivo?
Rauw: (Risas). ¡Sin duda! No quiero parecer narcisista, pero me miro al espejo y doy gracias a mis padres por haberme hecho sexy. Creo que quererte y aceptarte es fundamental. Tienes que ser feliz con lo que te han dado: tu nariz, tus orejas, todo. Cada uno es bello a su manera. Además, trato mi cuerpo con cuidado, hago ejercicio.
¿Qué practicas?
Rauw: Artes marciales, ejercicios cardiovasculares y entrenamiento con pesas. También me ocupo de la piel: suero, crema para los ojos, crema hidratante, lociones corporales... e intento comer sano, aunque me encantan la tarta de queso y los brownies con helado, no voy a mentir.
¿Qué puede esperar el público de ustedes en los próximos meses, aparte de que siempre los acompañe 212?
Bruna: Este año voy a lanzar mi primer proyecto como productora, codirectora y actriz. Es una serie de televisión llamada Love of My Life y se estrenará en Star+. Habla mucho del amor, la amistad.
Rauw: Muchas cosas chulas. Acabo de sacar un sencillo, “Touching the Sky”, de un disco que sale este 2024. También me gustaría actuar en películas, así como dedicarme más a la moda. Y quién sabe, quizá algún día construya un edificio, ¡porque quiero ser arquitecto!