El fotógrafo británico, John Rankin Waddell, quien trabajó en varias ocasiones con la reina Isabel confesó en el podcast Tea with Twiggy que la reina Isabel tenía un complejo en sus manos y hacia todo lo posible para esconderlas en las fotos. Sí, así como lo lees, la monarca era exigente hasta con eso.
Waddell explicó que él fue uno de los 10 fotógrafos encargados de tomar el retrato de la monarca en su Jubileo de Oro en 2002 y para conmemorar dicho evento, la royal fue muy especifica en que sus manos no debían salir. Pero, ¿cómo le hacia para ocultarlas?