Según contó, dos hairstylist estuvieron a cargo de su peinado y trabajaron toda la noche para lograrlo. Mientras ella dormía acostada en su cama, los dos estilistas se encargaron de trenzar su pelo hasta la mañana siguiente. Reflexionó que aunque fue un proceso demasiado largo y cansado, valió la pena.

Aprovechando que su peinado tomó horas, la ganadora a 24 Grand Slams se lo dejó por una temporada y hasta lo llevó al Abierto de Francia la semana siguiente. “Trabajé tan duro por esas trenzas que me las quedaré”, recordó sobre no deshacerse el peinado en seguida.