Este sábado 6 de febrero, día en que la reina Isabel II se convirtió en la primera monarca británica en celebrar un jubileo de platino, marcando 70 años en el trono. El día que celebró este acontecimiento sin precedentes, la reina declaró su “sincero deseo” de que su nuera, la duquesa Camila de Cornualles , se convierta en “reina consorte” cuando su hijo ascienda al trono.
En lugar de adoptar el título previsto de “princesa consorte”, cuando su marido, el príncipe Carlos se convierta en monarca del Reino Unido, la duquesa será la reina Camila. Esta idea ha sido considerada por algún tiempo, pero no fue hasta ahora que la reina Isabel II decidió revelar sus planes para que Camila sea reina y tenga el honor de llevar un diamante maldito en su corona.
El príncipe Carlos de Gales estuvo a punto de dar la noticia en 2019, pero querían “hacerlo bien”, así que fue hasta este hito que la reina lo consideró oportuno. Se reveló que Camila será coronada al mismo tiempo que Carlos con la invaluable corona de platino y diamantes llevada por la Reina Madre , creada para la coronación del rey Jorge VI en 1937, y que es famosa (o infame) por tener el diamante Koh-i-Noor .
La corona en cuestión tiene 2,800 diamantes y la cruz frontal sostiene en una montura de platino desmontable el gran diamante Koh-i-Noor de 105 quilates (21.6 gramos), originario de la India, y una de las joyas más valiosas de la corona británica. Esta piedra fue regalada a la Reina Victoria en 1856 por el sultán de Turquía como un gesto de gratitud por el apoyo durante la Guerra de Crimea.
Fue uno de los diamantes más grandes del mundo y a lo largo de la historia ha pertenecido a gobernantes hindúes, mogoles, persas, afganos, sikh y británicos, que han luchado por él como trofeo de guerra, y hasta la fecha sigue siendo reclamado por la India. La leyenda de la maldición dice que el diamante trae mala suerte a los hombres que usan, pero no a las mujeres.