Han pasado veintitrés años, nueve discos, todos los looks posibles, una residencia en Las Vegas, tres temporadas como juez en The Voice, cinco Grammys (¡un Latin Grammy!) y dos hijos, desde que salió "Genie in a Bottle". Ni hablemos del tiempo que ha pasado desde el Mickey Mouse Club. Aun así, Christina Aguilera se dio el tiempo para mejorar su español; aunque a veces la confunde que una palabra tenga cinco significados distintos, según el país.
Platiqué con Christina un par de días después de haber recibido el American Music Award como icono de la música. Aproveché para repasar su trayectoria, hablamos de sus raíces latinas (a las que no piensa renunciar), de su amor por Chavela Vargas y de cómo está cansada de pedir perdón.
Así, Christina protagoniza la portada de febrero de ELLE México y presenta su nuevo disco en español, donde canta con las artistas latinas Nathy Peluso, Nicki Nicole y Becky G.
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Ileana Rodríguez (IR): Cuéntame de tu nuevo disco.
Christina Aguilera (CA): En febrero del año pasado estuve en Miami y me sumergí en la experiencia al estar rodeada de los músicos, los compositores y los cantantes más maravillosos. Me enamoré nuevamente de la música. No hay nada como el sentido de pertenencia y la música en vivo. Después de tanto tiempo en la industria, olvidas la parte divertida y las razones por las que empezaste. Encontré de nuevo ese sentimiento, todos estábamos muy felices de crear juntos. Me recordó mi primer disco en español, Mi reflejo.
IR: Mencionaste Mi reflejo, ¿por qué decidiste reconectar con tus raíces latinas veinte años después de publicar ese disco?
CA: Siempre lo había querido hacer, pero hasta ahora encontré la oportunidad. Hago las cosas cuando se sienten bien. Al principio me daba pena porque no hablo muy bien español. Siempre he escuchado música en español, y el que ahora es la cabeza de Sony Music Latinoamérica (a quién ya conocía), me apoyó muchísimo. Me escuchó, le dije que admiro mucho el trabajo de Chavela Vargas y que sería maravilloso hacer algo como en su etapa de “Paloma negra”, una de mis canciones favoritas de siempre. La pasión con la que canta es como del más allá, se siente muy real, muy poderosa. Las instancias en las que se deja ir me inspiraron mucho para tener momentos así en este disco. Tenemos canciones mucho más alegres, pero para mí era muy importante que incluyéramos esas cosas que me han inspirado de otros cantantes. Estoy feliz.
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IR: ¿Quién te presentó la música de Chavela Vargas?
CA: La vida. De niña iba a las tiendas de discos y revisaba la sección de música del mundo, desde el Medio Oriente, hasta la India y lugares donde usaban la voz y los instrumentos de forma diferente; son canciones tan poderosas que no necesitas entender lo que dicen. Es una emoción, un sentimiento; por eso amo tanto la música. Es la razón por la que la hago. No son las listas de popularidad, eso es lo de menos. Hacer lo que me hace feliz es lo importante. Y Chavela, su historia, su documental, la forma en la que empodera a las mujeres; ella no cambió su forma de ser por nadie, simplemente se consolidó como lo que quería ser. En su voz, en las canciones increíbles que hizo, podías sentir su corazón herido, sin importar lo que decía. Le tengo mucho respeto. No se trata de cuántas notas alcanza una cantante, se trata de la emoción, de entregar tu corazón en cada grabación, por eso también me gustan Etta James, Nina Simone y las cantantes que dejaban su alma en la voz como Celia Cruz.
IR: ¿Cómo fue tu primer contacto con el feminismo?
CA: A través de la música y el ejemplo de otras mujeres fuertes. El feminismo se vive de muchas formas. De chica vi por lo que pasó mi madre, renunció a su carrera para convertirse en ama de casa, para que su matrimonio funcionara, y no le sirvió de nada. Ni a nivel personal, ni como mujer. Eso me inculcó ética profesional y me alentó a nunca ponerme en la situación de depender de un hombre. Desde muy joven decidí ser fuerte. Nunca tuve prisa de casarme, siempre quise trabajar y cantar. Empecé cuando vi por primera vez la película de La novicia rebelde, cuando cantaba se veía libre. En mi infancia me sentía atrapada y me escapaba a través del arte y las películas, pensando o viendo por la ventana. Aprendí grandes lecciones de mi madre. Le aprendí su amabilidad y su buen corazón, me enseñó a ser una persona genuina. Para ella fue difícil terminar con su matrimonio, muchas mujeres no salen de ahí nunca y me siento muy orgullosa de ella. De ahí viene “Oh Mother”, es un homenaje a ella. Es importante hablar sobre tus batallas porque nunca sabes quién va a escuchar o quién está pasando por lo mismo. Vivo para inspirar, por eso me dedico a esto. Haber estado en la industria desde niña me ha permitido ver que los hombres siempre se salen con la suya, vivimos en un mundo en el que los hombres mandan. Pasé por mucha mierda y no podía hablar de eso. Así que aprendí sobre los valores de las mujeres, aprendí a hacer las cosas por mí misma y a asegurarme de trabajar para tener el poder suficiente, dictar las reglas. Ahora tenemos plataformas con mayor alcance, podemos alzar la voz y unirnos. Ahora celebramos los cuerpos distintos, la gente festeja nuestras elecciones de vida, estamos viviendo en plenitud y no tenemos que disculparnos. Eso es importantísimo. Mi trabajo demuestra que he tomado las decisiones correctas.
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Puedes leer la historia completa de Christina Aguilera en la edición de febrero 2022 de ELLE México.
Créditos de historia de portada Modelo: XTINA @xtina Fotógrafo / Director: Benjo Arwas Entrevista: Ileana Rodríguez Estilismo: Chris Horan - The Wall Group Producción: The Gold Horse para ELLE México Maquillaje: Etienne Ortega Pelo: Jesus Guerrero Uñas: Chaun Peth Productora ejecutiva: Dalit Gwenna Branch Productora: Sarah Kensell Asistente de producción: Bryan Carvajal Director de coreografía: Ryan Walker Page Asistente De Foto: Christian Raices Locación: The Revery LA Postproducción: Mode Studios UK Editora General: Claudia Cándano