El 1 de julio por la tarde, los príncipes William y Harry dejaron de lado sus diferencias al llegar al Sunken Garden del Palacio de Kensington , para honrar a su madre, la princesa Diana, en el día en que cumpliría 60 años. Los hermanos develaron una estatua de bronce de su madre en un renovado jardín repleto de flores que se ha convertido en un homenaje permanente.
A lo largo de su vida, Lady Di destacó por su labor humanitaria que hizo que se ganara el corazón del mundo, pero también un lugar como un indiscutible ícono de estilo de los años 90, que continúa siendo una fuente de inspiración con las fotos de sus looks formales y casuales que los amantes de la moda y la realeza conocen de memoria, y pudieron identificar en la estatua.