Tras su muerte, el príncipe Felipe dejó una herencia, que al parecer es por mucho menor a la del resto de los miembros de la familia real. Debido a que su familia fue destronada y exiliada, el duque de Edimburgo no tenía una gran fortuna hasta que se casó con la reina Isabel.
De acuerdo con Vanity Fair España, la fortuna del príncipe salio del sueldo que recibió mientras trabajó para la realeza. Se estima que ganaba alrededor de 800 mil pesos mexicanos al mes.