Meghan admite que se sintió avergonzada de tener que admitírselo a Harry, pues es consciente de toda la pérdida que ha sufrido. Pero sabía que tenía que decirlo, "simplemente no quería seguir viva. Y eso era un pensamiento constante cada vez más claro, más real y más aterrador".
Markle habla también de cómo fue en busca de ayuda y la negativa que recibió por parte del Palacio. "Acudí a la Institución. Y dije que necesitaba ir a conseguir ayuda. Dije que nunca me había sentido así antes, que necesitaba ir a algún lugar. Pero me dijeron que no podía, porque no sería bueno para la Institución".