La cuarta temporada del drama histórico The Crown de Netflix, que expone el difícil matrimonio de Lady Di y el príncipe Carlos, fue un dolor de cabeza para la verdadera Familia Real Británica, que acusa a la serie de replicar con precisión muchos aspectos, pero no aclarar lo que está basado en hechos reales y lo que es ficticio, un problema que está lejos de terminar.
Una nueva serie se suma a la pesadilla de la realeza, pero no por ser ficción disfrazada de realidad, sino por tratarse de una parodia del heredero al trono, el pequeño príncipe George. Aunque aún no se estrena, el programa de dibujos animados “The Prince” de HBO Max ya causa revuelo porque lo consideran un retrato injusto y cruel que afecta la imagen del niño de 7 años.