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Yulene Olaizola: la directora que representa a México en el Festival de Venecia

Una conversación con una de las cineastas más importantes de nuestro país.
mar 08 septiembre 2020 10:22 AM
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Foto: Nuria Lagarde para ELLE México.

Yulene Olaizola es una cineasta única. En 12 años de trayectoria ha mantenido su cine independiente; no responde, ni cede a los intereses de productores, ni de grandes estudios. Solamente responde a su visión creativa y sus inquietudes como directora. Su largometraje más reciente, Selva Trágica (2020), entró a uno de los festivales de cine más importantes del mundo: el Festival Internacional de Cine de Venecia .

Yulene es una de las pocas directoras mexicanas que han llegado a La Mostra. Históricamente, la mayoría de las películas mexicanas que han ganado un lugar en Venecia son dirigidas por hombres. Pero cada vez las mujeres reclaman su lugar con méritos propios, por ejemplo Natalia Beristáin y Mariana Arriaga. Ahora Yulene se une a la lista de cineastas que han representado a México en dicho festival.

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Selva Trágica estrena dentro de la categoría Orizzonti. Esta película se sitúa en la frontera entre México y Belice, en 1920 y sigue a un grupo de trabajadores mexicanos de chicle que se adentran en la selva para la producción de éste. Ahí se encuentran con una mujer beliceña y esto provoca la tensión del grupo.

Así el largometraje de Olaizola recuerda a Xtabay, un personaje mitológico maya que se encuentra en la profundidad de la selva maya. Previo al estreno en Venecia, en ELLE México tuvimos oportunidad de platicar con la directora y productora.

"Hace ocho años que viajé a esa región y pude conocer un poco la frontera entre México y Belice y el sur de Quintana Roo, desde entonces es una zona que me interesa y a la que seguí regresando. Tiempo después leí Trópico, una novela de Rafael Bernal, conocido por El Complot Mongol, que se desarrolla en la industria del chicle en la década de los años 20, justo en esa frontera entre México y Belice”, explicó Yulene sobre la inspiración para la película.

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Yulene Olaizola. Retrato: Nuria Lagarde para ELLE México.

"Este fue mi primer acercamiento a la producción del chicle, y una vez que conocí cómo funcionaba, me interesó mucho porque eso fue hace 100 años y en la Ciudad de México ya había una ciudad semi moderna, mientras que el sur de Quintana Roo era un lugar aislado, no habían caminos para conectarlo con el resto del país, se llegaba en barco”, continuó.

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Otra de las cosas que motivó a Olaizola a contar esta historia, es la desconexión que los mexicanos tenemos con Belice, a pesar de que es uno de los países con los que compartimos frontera. “De los países fronterizos, es el que menos conocemos. El mexicano no viaja a Belice, desconocemos completamente la relación con este país, y nos separa un río tan angosto que podríamos cruzar nadando. Con esas ideas decidí hablar de la selva, del chicle, de la relación con Belice. Con eso comencé mi investigación”, detalló la ganadora del Ariel por Mejor Ópera Prima en 2009.

Grabar la película en la selva remota, fue todo un reto para el equipo de Olaizola. "Estuve como cuatro meses haciendo investigación en esa zona de Quintana Roo y después fue un proceso de varios años para levantar el financiamiento, la producción y demás. En total el rodaje duró siete semanas, más cuatro semanas del trabajo de pre producción”, describió.

Para llegar a esto, Yulene hizo investigación en la zona, además de castings a actores naturales y profesionales. Esto es parte del realismo que pone en sus películas. "Dejo que la vida misma, el rodaje, las personas, fluya y transforme estas películas, por eso normalmente trabajo buscando actores profesionales y actores naturales, los naturales se vuelven una parte crucial de mis películas porque dotan de ese realismo y certidumbre”, expresa. "Mi forma se ha mantenido en las cinco películas que llevo porque siempre parto de un lugar en el que quiero filmar, no una región, sino el lugar y las personas que están ahí”.

Por actores naturales se refiere a los actores que no estudiaron artes escénicas, ni tienen una formación en el tema.

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Yulene también habló de cómo ha sido mantener su visión como cineasta independiente, frente al cine comercial o mainstream. "En ese sentido, más que enfrentarme, me mantuve al margen, quienes hemos decidido no producir bajo esos esquemas, tenemos nuestros propios caminos, eso no quiere decir que no sean películas que no sean comerciales, que no puedan verse en salas de cines o en plataformas como Amazon o Netflix. Solo quiere decir que el proceso de realización partió de un camino distinto y que no responde a la demanda y oferta. Responde a necesidades artísticas, pero quedan ahí pequeños huecos para que películas así lleguen a estos espacios”, analiza.

En ese sentido, los festivales de cine, como Venecia, tienen un papel muy importante para la difusión de las películas. Incluso ahora con la época de plataformas digitales, pues permiten el contacto entre el público y los realizadores. "La gente disfruta estos contenidos, solo que no están a la mano, y ahí es donde cuesta trabajo, pero una vez que entran a estos espacios, el público se sorprende de lo rico que es la experiencia que es ver cine que tiene qué ver con tu cultura, con tu país, que solo ver superhéroes hollywoodenses”, detalló.

En México ya tenemos el ejemplo de Ya No Estoy Aquí (2019), película de Fernando Frías, que se hizo fuera del esquema de Netflix, pero que luego de su estreno, la plataforma añadió a su catálogo.

Después de su paso por La Mostra, Selva Trágica continuará en otros festivales de cine, siguiendo la ruta de 2020. Esperamos que pronto tenga un lugar en las salas de cine en México o en plataformas de streaming para que el público mexicano pueda verla.

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