Hay historias que trascienden el tiempo, y pocas lo hacen con tanta elegancia como Shalimar. En su aniversario número 100, Guerlain celebró en México un siglo de esta fragancia que cambió para siempre la historia de la perfumería. Ann Caroline Prazan, directora de arte, cultura y patrimonio de la Maison, visitó el país para hablar sobre este legado y sobre cómo la marca sigue reinventándose sin perder su esencia. “Guerlain no busca ser una marca de tendencias”, menciona Ann. “Su fuerza está en la fidelidad a sus raíces, en crear belleza con sentido, con historia y con una emoción real detrás de cada aroma”.
Shalimar de Guerlain celebra 100 años de herencia, arte y libertad femenina
 
 
         
 
             En la conversación, Ann, quien es también nariz y archivista de la marca, habló sobre esa relación entre arte, historia y perfume que define a Guerlain. Desde el primer lipstick hasta la creación de Terracotta o el suero más avanzado, cada innovación responde a una época y a una mujer distinta. “Siempre hemos acompañado a mujeres libres y fuertes”, dice. “Cuando usas un perfume de Guerlain, y especialmente Shalimar, te sientes más fuerte, más tú”. No es casualidad que figuras como Frida Kahlo o Louise Bourgeois lo hayan elegido: Shalimar ha sido siempre una declaración de independencia, sensualidad y libertad feminina.
Hoy, un siglo después, Shalimar sigue siendo moderno. Su historia es también la historia de la evolución femenina: de cómo las mujeres salieron al mundo, inventaron nuevas rutinas, reclamaron su espacio. “Para mí, Shalimar no es solo un clásico”, asegura Ann. “Es más que eso: es un perfume sexy, libre y lleno de confianza”. En esa mezcla entre pasado y presente está la magia de Guerlain: el equilibrio entre el saber hacer artesanal, la excelencia de los ingredientes y una creatividad sin miedo al riesgo. Como dice Ann Caroline, “el lujo verdadero no sigue tendencias, se sostiene en lo que tiene pasado y futuro”.