1. Apuesta por shampoos sin sulfatos
Aunque no lo creas, los sulfatos no son lo peor de este mundo. Pero si tienes pelo graso, es mejor que utilices un shampoo formulado sin ellos. Esto se debe a que los sulfatos suelen limpiar excesivamente el cuero cabelludo, algo que seca y deshidrata la piel y provoca la sobre-producción de sebo. Mejor, apuesta por un shampoo que sea suave y efectivo con ingredientes que nutren e hidratan la fibra capilar.

2. Exfolia tu cuero cabelludo
Los exfoliantes ayudan a limpiar el cuero cabelludo, remover la piel muerta, balancear el pH de la piel y eliminar cualquier acumulación de producto y suciedad. Aplica una mascarilla exfoliante una vez a la semana o cada 15 días para revitalizar tu pelo y controlar la producción de sebo. Solo no abuses, porque la sobre-exfoliación puede provocar la sobre-producción de grasa.
