Enero es un mes socialmente cargado de culpa. Culpa por haber "comido de más" en diciembre, culpa porque "el cuerpo del verano se trabaja desde el invierno" o culpa por no haber cumplido con los propósitos del año anterior. Y es que enero sí es un mes perfecto para trazar nuevas metas, pero también para enfocarnos en el fondo de estas. Decir sí a querernos más, a ser menos duros con nosotros mismos y a reconocernos tal como somos. A cambiar aquello que queremos y podemos, pero bajo nuestros propios estándares y validación, no la de terceros. Este enero celebramos todos los cuerpos, todas las pieles y todas las particularidades que nos hacen únicos.
El movimiento body positive surgió ante la falta de diversidad de cuerpos en los medios. Como en toda lucha por la representación, se trata de levantar la voz para decir “existimos”. Pero aún más importante, para generar identificación. Ese extraño fenómeno de ver a alguien dentro de una plataforma y pensar “me representa”.
Porque los medios masivos tienen el poder de validarnos y ahí radica la relevancia de reconocernos en ellos. Todos merecemos tener una imagen positiva de nuestro propio cuerpo, y al retar la normatividad sobre “el cuerpo perfecto” se construye confianza y aceptación entre quienes nos vemos diferentes a ese estándar.
Ser body positive se trata de reconocer que existen cuerpos delgados, tonificados, de tamaño medio o plus size y que ninguno es más bello que otro. Pero también es ir más allá de las tallas para apelar a todas esas “inseguridades” y convertirlas en un rasgo más de nosotros, mostrándolas como lo que son: normales. Es aceptar que las estrías o la celulitis son un fenómeno natural de la piel, que incluso celebridades y modelos tienen, para por fin hacer las paces con ellas. Es aprender a querer nuestras cicatrices, marcas y condiciones de la piel porque cuentan nuestra historia.
Se trata incluso de re educarnos para aprender que existen cuerpos no binarios, a pesar de no haberlo aprendido así en la escuela. Body positiveness es abrir espacio para la diversidad en todas sus aristas. Dejar de hablar del cuerpo ajeno para enfocarnos en el propio y aprender que quererlo es cuidarlo, mantenerlo sano y no exigirle más de lo que ya nos da.
(Foto: Ximena Morfin)
En 2021 la tendencia más grande es la amabilidad y qué mejor lugar para empezar a practcarla que con uno mismo. ¡Ama tu cuerpo!